Grité mentalmente cuando mi mano soltó la roca que estaba escalando; todo éste lugar eran montones de piedras grises que asemejaban un horma. Mis dedos eran ágiles aferrándose a las piedras pero mi resistencia no era suficiente para mantenerme asida por mucho tiempo.
Me caí y perdí el ohm que colgaba de mi cuello, el único objeto que me ataba a mi dimensión, un collar de hierro violeta que me recordaba a mi padre, aquel que nunca volvería a ver; pues los rincones de éste lugar no tenían fin, igual que mi encierro… Y mi deseo, era salir de aquí.
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