Te ha pasado que deseas tanto a alguien qué en una misma habitación, ambos estan tensos por querer saltar encima del otro y literalmente besarlo hasta que sangre.
Y cuando por fin se presenta una luz verde para la situación lo único que hacen por minutos es verse mutuamente a centimetros, respirando forzado, temblando y con una ansiedad que te carcome por dentro.
A la espera que uno haga un movimiento para saltar sobre el otro como leones en caza y devorarse sin piedad hasta no poder respirar, hasta que la erección comienza a doler por la presion.
Hasta que las gotas de sudor comienzan a caer bañandolos a ambos, haciendo crecer todo lo que esta surgiendo, hirviendo lentamente hasta que el calor los consume.
Y con ese mismo calor quieren ser consumidos y devorados porque nuevamente son uno.
Pero recuerdan que afuera les estan esperando y que han tardado demasiado y no quieren levantar sospechas.
No se pierde tiempo alguno, pues las ropas siguen donde estuvieron en un principio, pero sus mentes ahora vuelan con los recuerdos de lo que acaba de suceder.
E ideas roen tu cerebro sobre lo que pasará después.
Asi de intenso fue lo que paso.
Y eso solo fue la primera vez...
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